En el Gobi, los milagros naturales son innumerables y uno de ellos se llama Khermen Tsav, un maravilloso cañón hecho de rocas de barro rojo. Las espectaculares formaciones rocosas de Khermen Tsav se encuentran al norte de la suma de Gurvantes, en el extremo noroeste de la provincia de Omnogovi, entre el Monte Sharig al norte y el Monte Altan al sur.
Khermen significa “pared” y Tsav significa “fisura”. Miles de años de erosión formaron este majestuoso cañón, en el que las rocas se equilibran a 30 metros (98,43 pies) del suelo. El cañón se extiende en 250 kilómetros cuadrados (96,53 millas cuadradas), y tiene 200 metros (656,17 pies) de profundidad, pero entre el punto más bajo y el más alto, hay una diferencia de altura de 1000 metros (0,62 milla). Los colores son una gradación de rojos y harán las delicias de los fotógrafos.
El primer esqueleto de dinosaurio fue encontrado en ese lugar. Los científicos coinciden en que hace 200 millones de años, el lugar estaba cubierto por un mar interior. El arqueólogo estadounidense Roy Chapman Andrews llamó a este lugar “El fin del mundo”. Khermen Tsav es famoso por sus bellezas naturales, así como por sus abundantes fósiles subterráneos de dinosaurios. Además, no es raro encontrar algunos en el lugar. Al pie de estos acantilados de arena, el suelo está completamente cubierto de saxauls.
Desde Dalanzadgad, tendrás que conducir 400 kilómetros (248,55 millas) en una de las peores pistas del Gobi. Esta zona muy aislada no se encuentra en ninguno de los recorridos turísticos clásicos, pero la recompensa merece el esfuerzo: estarás solo en una escena digna de los grandes cañones estadounidenses.
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